La vida después de la muerte es un misterio que nadie puede explicar. Los seres humanos aún no somos capaces de entender qué es lo que pasa cuando dejamos de respirar y nuestro corazón se detiene.
Por eso, los diferentes credos de todo el mundo tienen una interpretación particular de lo que ocurre luego de la existencia física.Religiones orientales como el hinduismo y el budismo creen que el alma de una persona se separa del cuerpo y, después de algún tiempo, ingresa en otro individuo diferente para volver a nacer. La hipótesis principal de la reencarnación es que el espíritu debe realizar un viaje por distintos cuerpos con el propósito de aprender en diversas vidas las lecciones que proporciona la existencia terrenal hasta alcanzar la perfección. Así, el alma se libera en un estado de conciencia más alto y ya no necesita reencarnarse.
Incluso el primer cristianismo creía en la reencarnación hasta el año 543, cuando el emperador Justiniano decidió eliminar las referencias a las vidas pasadas en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. También algunas de las grandes mentes de la humanidad sostuvieron la creencia de la reencarnación. El filósofo griego Platón manifestó en La República, su obra más conocida e influyente, que el alma antes de nacer escoge su vida futura. Y el psicólogo Carl Jung habló en su libro Recuerdos, sueños, pensamientos que de niño recordaba haber sido un hombre muy viejo del siglo XVIII.
Aunque la ciencia y la mayor parte de la sociedad parecen evitar el asunto, existen científicos que estudiaron el fenómeno de la reencarnación. El psiquiatra canadiense Ian Stevenson investigó durante más de 40 años alrededor de 3000 casos de niños que presentaban recuerdos sobre vidas pasadas. En su libro Casos sobre reencarnación en Europa (2003), describió uno de los más intrigantes: la presunta reencarnación de las gemelas Pollock.
Stevenson, quien falleció en 2007, recopiló en su publicación los datos para proporcionar pruebas y tratar de demostrar que la reencarnación es un evento real. En lugar de depender de la hipnosis para comprobar que un individuo tuvo una vida anterior, como hicieron otros investigadores, el psiquiatra optó por reunir miles de casos de niños que de forma espontánea recordaban una vida anterior.
Stevenson tenía una metodología estricta de estudio. Primero documentaba las declaraciones del niño e intentaba identificar a la persona fallecida que el pequeño recordaba haber sido. Después, verificaba los hechos de la vida de la persona fallecida para ver si coincidían con los acontecimientos de la memoria del menor. Más tarde, analizaba las marcas y defectos de nacimiento de la persona muerta, como heridas o cicatrices certificadas por los registros médicos. De este modo, pretendía descartar todas las posibles explicaciones que se podían considerar "normales" en los recuerdos del infante.
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